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Escribo desde siempre. Sin pretensiones intelectuales, ni locas vanidades de reconocimiento. Alentada por la persona que más amé en el mundo, a quien agradezco y humildemente dedico este blog... a mi madre.-

Bienvenidos

Aquéllos que me conocen me reconocen en lo que escribo, los que no, pueden empezar a hacerlo desde aquí; de cualquier manera ten la gentileza de dejar tu sincera opinión.
Ojalá lo disfruten.-

domingo, 17 de mayo de 2015

MELODÍAS

En mi cabeza flotan como nubes las melodías más lindas,
aquellas que cantabas en el campo, cuando niña
y a veces tarareo absorta en mis recuerdos
y traspaso las horas
y desando los tiempos
y me imbuyo de sueños.
La música me sigue resonando por dentro,
eres el ángel mío que me guía en secreto.
Y al saber que el sonido sería mi compañero
fuiste más que alimento,
fuiste tanta alegría,
fuiste lo que más quiero.


*

ALARIDO

Alarido,
fuente seca,
niños muertos,
el peligro de nacer;
la ilusión de amanecer
en otro puerto.

Negro el cielo,
negra piel
y negra el alma;
condenados
a escapar
en una balsa.

Sangra en el Mediterráneo
un cardumen de sueños
y la mano salvadora
aprovecha a llenarse de dinero.

Alarido,
boca seca
grito al cielo;
el peligro de nacer
ser humano sin derechos.

martes, 12 de mayo de 2015

DE LAVANDAS Y BOCAS DE SAPO

Tic tac,
tic tac,
el sueño llegaba con un bostezo largo.
Afuera el calor ahuyentaba a todos menos
al heladero con su carrito y su pregón tan esperado:
“barritas, vasitos, bombón, helados.”
Nos bajábamos de la cama y en carrera,
íbamos al cuarto de la abuela a pedirle el dinero,
sin embargo, experta en lidiar con nosotros,
se hacía la dormida mientras la voz
del heladero se alejaba entre adoquines.
Tic tac, tic tac,
volvía a oírse el reloj,
señal que la tarde avanzaba lentamente y
nuestro cuarto alentaba a las travesuras.
Probarse los tacones de la tía, usar sus maquillajes o
revolverlo todo era el plan de mi prima y hermana mayor.
Ya para cuando el silencio protocolar de la tarde
había sucumbido entre risas y purpurinas,
mi abuela aparecía dispuesta a llevarnos a todas hasta
la heladería de la esquina.
Allí, nos acomodábamos con nuestros disfraces y
caras pintadas, totalmente entregadas a la labor de
devorar esas heladísimas dulzuras tratando de equilibrarlas
a sus cucuruchos.
Siempre alguno cayó, siempre alguna lloró y siempre la abuela
volvió a comprar y a consolar.
Éramos francamente felices con nuestros ropajes pegoteados
volviendo de su mano al jardín de lavandas y bocas de sapo.


*

viernes, 8 de mayo de 2015

DECÍAN...


Decían que eran nueve las musas del Parnaso,
cada uno en lo suyo inspirando al autor
quiso el destino un día jugarnos una broma
quitándolas del medio y solos nos dejó.

A pesar del calvario sentimos el llamado
de la invención etérea, divina creación
y fue como un regalo jamás imaginado
que nos dejó el legado de la propia ilusión.

Dónde ha quedado Erato, Calíope, Talía
cantando sus canciones y bailando al compás
de bellas melodías de tan gracioso ingenio,
yo las busco entre sueños sin poderlas hallar.

Si Apolo permitiera que al menos una de ellas
escuchara el sonido que hay en mi corazón
que mana eternamente como brilla una estrella,
que atormenta mis noches de versos y pasión.

Conviérteme en la piedra de mármol azulada,
en flor del heliotropo o humilde girasol,
pero no me abandones en esta tierra helada
donde el silencio mata sin conocer canción.


*
El Parnaso - Andrea Mantegna (Fragmento)