Más allá de las barrancas, en un rincón de amapolas,
tendida mirando nubes, Violeta se encuentra sola.
Un eclipse de cabello le tapa sus ojos negros
como cortina de encaje que oculta al nocturno cielo.
¡Ah, si supieran sus labios lo que es el sabor de un beso!
Más allá de los naranjos donde baila el viento suelto
aunque humedece a los cardos y el suelo se vuelve fresco,
hay un galope en el pecho, un gruñir de puma hambriento,
una ilusión que se enrosca en párpados semiabiertos...
¡Ah, si supiera Violeta que eso se llama deseo!
Más allá de los desvelos, de eternas noches sin sueño,
Violeta tiene un anhelo que la desgarra por dentro,
pero lo deja en secreto pues le entrecorta el aliento,
lo esconde, lo disimula, no le deja un aleteo;
Violeta muere de ganas de poder decir “te quiero”.
*
Violeta tiene un anhelo que la desgarra por dentro,
pero lo deja en secreto pues le entrecorta el aliento,
lo esconde, lo disimula, no le deja un aleteo;
Violeta muere de ganas de poder decir “te quiero”.
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Muy lindo..y sin palabras...; pero como me gustan las amapolas.
ResponderEliminarGracias por escribir con sentimiento