Datos personales
- Alicia
- Escribo desde siempre. Sin pretensiones intelectuales, ni locas vanidades de reconocimiento. Alentada por la persona que más amé en el mundo, a quien agradezco y humildemente dedico este blog... a mi madre.-
Bienvenidos
Aquéllos que me conocen me reconocen en lo que escribo, los que no, pueden empezar a hacerlo desde aquí; de cualquier manera ten la gentileza de dejar tu sincera opinión.
Ojalá lo disfruten.-
Ojalá lo disfruten.-
sábado, 15 de febrero de 2014
SABIENDO...
Sabiendo que eras noche, yo me compré una luna,
la cosí a mi sombrero, luego fui a caminar
y creyéndome dueña de tu espacio infinito
te robé mil estrellas y las tiré en el mar.
Gritaron bajo el agua pero nadie escuchaba,
su luz se fue apagando, sólo quedó el cristal,
que brilla por las noches con luz iridiscente
y muere en las orillas pulido por el mar.
Sabiendo que eras día, me compré amaneceres
y me hice un vestido con cielos de verdad,
tiene mangas doradas y la cintura malva
y una falda rosada que me gusta girar.
Llevo flores de nubes atadas en el pelo,
llevo un sol encendido que arrastro al caminar;
un anillo de oro con gotas de rocío,
un perfume de almendra, de musgo y de coral.
Sabiendo que tú vienes, yo correré a tu encuentro
como polos opuestos unidos por imán;
me atrapas en tus redes, me tomas y conquistas.
ejerces un hechizo, ganas mi voluntad.
Entonces no hay remedio para este dúo nuestro
que no conoce el día si no hay oscuridad…,
tú bosque y yo cemento, tú oxígeno y yo viento,
tú mil granos de arena y yo profundo mar.
*
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Hermoso, sensible, repletito de texturas, aromas y colores...
ResponderEliminarGracias por acariciarnos el alma con tu poesía, Ali...
Besote inmenso!
Exquisito. ¿Me permites compartirlo? Bsss Selva
ResponderEliminarSensible y hermosa tú, Lorena, con un cariño que te desborda el pecho.
ResponderEliminarGracias a ti por leerme.
Otro beso para ti.
Querida Selva:
ResponderEliminar¡Cómo no permitir que me hagas propaganda! Jajaja.
Los versos son así, nacen en un papel y un día se les da por volar y ya no son de una, son de quienes lo leen.
Muchas gracias, Selva.
Te mando un cálido abrazo.