A veces mi pollera evita quedar quieta,
mueve con energía lunares de color,
acaricia mi pierna ante una leve brisa
otras veces ondea cual pétalo de flor.
Gira por las esquinas, apurada insolente,
salta por la escalera cuando subo de a dos
y busca el mismo banco donde ayer nos besamos
y vio cómo tu mano sin querer la rozó.
Mi pollera te espera, quiere bailar contigo,
y mientras que no llegas, inquieta bajo el sol
se alisa con mi ayuda su ruedo colorido,
se agita sin motivo como me agito yo.
Al fin te ve de lejos y corre por el parque
te envuelve en un abrazo de organza y algodón,
se enreda entre mis manos cuando la vuela el aire
y sueña que su dueña es Marilyn Monroe.
Camina a tu costado como una abeja inquieta
que quiere detenerse a libar una flor
y sabe que esta noche cuando la luna brille
caerá por un abismo de sedas y de ron.
Me hizo recordar a tantas faldas (como nos corregía mamá "pollera es la que cría pollos" nos decía jeje...) pero use las polleras mini y maxi, las evasée, tableadas y plisadas... Uy cuánta historia y en tu poema las vi como en una película!!!
ResponderEliminarEs muy cierto lo que decía tu madre, debiera decirse faldas, pero todo va cambiando como la misma moda de usarlas. Hoy las mujeres de todas las edades prefieren el uso de los pantalones y no hay nada más femenino que una pollera al viento, jajaja. Me encantó tu comentario yo también usé de todo tipo y adoraba las fiestas de 15 años para poder usarlas largas hasta el piso. Muy lindo tu comentario, Selva, muchas gracias. Un beso.
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