Al enfermo, al distinto,
al que muere de miedo,
al que nunca se atreve
o al que quiere morir
cántale dulcemente
tu canción al oído
dile que has venido
solo a verle reír.
Al que ya no confía,
al que duerme en la calle,
al que tiene delirios
que lo hacen sufrir,
tómale de la mano,
dale un poco de tiempo
dile que simplemente
quieres verle reír.
Al que llora por dentro,
al que se siente solo,
al que no tiene a nadie
y no sabe a dónde ir,
muéstrale que le importas,
ofrécele un cariño
y verás que muy pronto
comenzará a reír.
Al que nunca lo abrazan,
al que siempre le apartan,
al que miran de lejos
o no quieren aquí,
siéntalo a tu costado,
dile cuánto le amas
y entre juegos pequeños
enséñale a reír.
Porque la risa es magia
cura heridas del alma,
alivia los dolores, sana todo el ayer,
la risa se contagia
y es como una campana
que una vez que la tocan
suena una y otra vez.
*
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