Yo quiero volverme piedra
dura de la cantera,
cemento entre la ranura
donde crece la maleza,
quiero sentir la entereza
del muro de las taperas.
Ser pared, eso quisiera,
la que nunca se derrumba,
la lápida de una tumba
si es preciso que así fuera,
ser testigo del lamento
o del secreto de amor,
atajo para los vientos,
resguardo para una flor.
Y si muda me quedara
retratada en el olvido
y mi esencia de alarido
se convirtiera en silencio,
seguro que me aquerencio
en las grietas del ladrillo.
Y cuando en las noches claras
la luna lance su brillo
y sobre el verdín un rostro
te parezca conocido,
no temas a los fantasmas
que soy mi sueño cumplido
*
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