Llegó así, de pronto, como un torbellino
que arrasó mi lenta rutina cadenciosa
y fue endulzando el aire que hasta ayer me bastaba
convirtiendo suspiros en ráfagas graciosas.
Moviste mi estructura tan bien acomodada
esa que no permite soñar más de la cuenta,
derrumbaste anaqueles de ilusiones guardadas,
me regalaste estrellas, disipaste tormentas.
Así, como si nada, transformaste mi vida,
mi nombre entre tus labios, ya no reconocía,
cambiaste mis horarios y un tanto confundida
volvió a mí la tibieza de sentirme querida.
Y volé por las nubes chocando a las palomas
grité a los cuatro vientos lo feliz que sentía,
me creí tan hermosa en todos los idiomas
que tú me repetías.
Y así, tan suspendida en el aire de enero
caí tan de repente en la tierra rugosa,
no tuve explicaciones y tampoco las quiero,
al menos por un rato me sentí tan dichosa.
*
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