Baila para mí,
negra tormenta,
un candombe de truenos
y repiques,
trae la lluvia abundante
y que salpique
para que se respire
olor a menta.
Engárzame tus luces al cabello,
retoma tu vaivén,
remonta vuelo,
no escondas de mis ojos tus destellos
que tanto anhelo.
Danza para mí,
dulce morena,
apágame la sed,
besa mi boca;
si acaso por las noches
sientes penas,
no dejes de bailar,
¡vuélvete loca!
*
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