Con tropiezos de cansancio,
con el agua a los tobillos,
por el musgo resbaloso,
entre festuca y junquillos
va mi sangre como un río
serpenteando lo rocoso.
Ah si yo fuera una brisa
para acariciar tu rostro.
Paso a paso en el sendero
de rayuelas y de bailes,
de niñez y juventud,
te conduzco por la vida
como guía y como cruz,
ah si yo fuera una estrella
para colgar en tus ojos
mi pequeña luz azul.
Pero un día me despego
de la tierra y en un salto
vuelo en pasos de ballet,
me deshago de tu sombra,
giro en el mágico cielo
y temo no querer volver.
Ah si yo tuviera alas
para alzarte por el aire…
pero solo soy tu pie.
Ilustración:
Manuel Fernández Pacheco
EspañaManuel Fernández Pacheco
Foto Kylli Sparrek
En recuerdo a las víctimas del tornado de Dolores 2016
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