Parecía imposible que a mí me sucediera,
llegar a los sesenta, peinar mi pelo cano,
quejarme por dolores que nunca había tenido,
olvidar lo de ayer, recordar lo lejano.
Yo pensé que los años me harían más adusta,
sin embargo me río como una chiquilina,
no me corre la prisa, casi nada me asusta,
porque las flores bellas también tienen espinas.
Siento que ya he cumplido, que ya lo he hecho todo
y me siento tranquila y hago todo a mi modo,
sigo siendo atrevida, me río, bailo y lloro
y aunque nadie lo crea yo también me enamoro.
Más allá de lo triste, de lo que duele tanto,
más allá de lo incierto y de los desencantos,
a pesar de caerme siempre me he levantado,
a pesar de tu falta yo te siento a mi lado.
Parecía imposible que a mí me sucediera,
sin embargo ya tengo la edad de mis abuelas,
escucho lo que quiero, aún no tiemblan mis manos
pero sueño despierta con los ojos cerrados.
Algunos que critican, dirán: “qué vieja loca”,
no saben que a esta altura esas cosas no importan
sigo siendo la misma que sabe y se equivoca
y goza como niña de esta vida tan corta.
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