Cargado está de semillas
el paraíso de abuelo,
contemplo a esa maravilla
que emergió de su cantero.
Ramillete codiciado
por su amor y sus cuidados
que aún luciendo mojado,
gran orgullo le habrías dado.
Como a un chico te mimaba
prodigándote cariño
y a cambio sólo esperaba
tu sombra para los niños.
Ahora que luces frondoso,
independiente y seguro,
desde su largo reposo
mi abuelo te da un saludo.
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