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Escribo desde siempre. Sin pretensiones intelectuales, ni locas vanidades de reconocimiento. Alentada por la persona que más amé en el mundo, a quien agradezco y humildemente dedico este blog... a mi madre.-

Bienvenidos

Aquéllos que me conocen me reconocen en lo que escribo, los que no, pueden empezar a hacerlo desde aquí; de cualquier manera ten la gentileza de dejar tu sincera opinión.
Ojalá lo disfruten.-

viernes, 27 de septiembre de 2013

MI ABUELA AZUL


A veces con el viento, la mecedora cruje,
parece que extrañara aquel rítmico andar,
cuando mi abuela azul me subía a su falda
y todo en torno mío parecía flotar.

Azul, porque sus ojos eran trozos de cielo,
azul porque a su pelo solía matizar,
azul por medio luto por falta del abuelo,
azul porque la quiero siempre azul recordar.

Abrazada a su cuello le olía ese perfume
de pequeñas lavandas que hablaban en francés
y en su pecho colgaba un lindo camafeo
de zafiros azules y marfil japonés.

Azul, mi linda abuela se grabó en mi recuerdo
con sus ojos claritos y la tez color miel
y su halo celeste flota siempre a mi lado
ángel guardián que traigo de lejana niñez.

Cómo mirar el cielo sin recordarla a ella
si parece que el tiempo jamás podrá borrar
a aquella viejecita que hamacaba a su nieta
con brazos perfumados y ojitos de cristal.

viernes, 20 de septiembre de 2013

UN ABANICO BLANCO

Un abanico blanco es un trozo de nube,
un temblor de ala rota, un vaivén de perfume,
es sonrisa escondida, un atisbo de beso,
es promesa y deseo que se esconde travieso.
Al cerrarse es gorjeo, sonar de castañuelas,
ademán de desprecio y otras veces soberbio,
augurio de palabras, revelar de secretos,
es música y silencio.

Si se apoya en la falda tranquilo u olvidado
se convierte en paisaje bellamente ignorado.
Queda en pausa dormido, sueña con aleteos
y parece un mendigo implorándote un beso.
Mas si remonta vuelo en una mano pálida,
regala brillos, giros, su prestancia y su gala.
Un abanico blanco es la vela de un barco
en un cielo de marzo sin rumbo prefijado.

Es el pan de la misa virginal e intocado,
tan cerca del pecado de tu pecho latente,
es visillo de encajes traídos del Oriente
que encubre mil pasiones y a los besos robados.
Un abanico blanco es pájaro en el cielo,
mariposa inocente que vuela a todos lados,
con puño de marfiles bellamente tallados,
que manos de una novia llevan bajo su velo.

Un abanico blanco es flamenco y es tango
de lujoso salón o tasca de fandangos,
recuerdo de familia que en el siglo pasado
anidó en esta tierra a cambio de un abrazo.

James Tissot - El Abanico