LA HISTORIA CONTINÚA

 

Como si fuera un libro mi vida fue pasando marcando algunas páginas que no quiero olvidar,

le doblé las esquinas a días memorables y pinté con colores lo que me ha hecho mal.

Fui viviendo capítulo a capítulo sabiendo que en mi título no entraba la ficción

fui yo misma rodeada de un elenco que no supo de ensayos para evitar error. 

A veces, me leo y me repito, otras veces escribo lo que debí agregar,

entonces los márgenes colapsan, desbordan las palabras que quise pronunciar.

Y vuelan por el aire manuscritos, al pasado imperfecto pretendo remediar

y sobran adverbios y adjetivos para birlar la historia de una vida real.

En esta biografía se va la vida mía, la memoria me falla, me quiere traicionar

las hojas van tomando un color tan extraño, parece que el otoño las va a contaminar,

y vuelvo a la etiqueta, a la nota inconclusa, a la vieja libreta, cuaderno de espiral,

los versos se  acumulan gritándome otra música, pretenden que este libro altere su final.

Con versos y canciones, poemas y relatos, he contado mi historia, éxitos y fracasos,

barrí bajo la alfombra algunos malos tragos y emborraché mi alma con amores soñados.

Canté lo que yo quise con mi guitarra en mano, abandoné el molino y el agua sigue entrando,

portada y contratapa de edición limitada, su cubierta de piel hoy ya luce gastada.

No quiero estanterías ni viñetas doradas, yo quiero que me lean cerca de una fogata,

me carguen en mochilas o inspire serenatas, que canten con mi canto temprano en las mañanas.

Mi libro es aventura, malabares sin red, con algo de locura, con pasos de ballet,

con clases de pintura, violín y de francés y tantas desventuras porque amar siempre amé.

Como si fuera un árbol mi vida se deshoja, el viento que las barre no conoce otras cosas,

a un paso de distancia vendrá la primavera trayendo panderetas y perfume de rosas.

Le pondré a mi sombrero mil flores de colores y toda mi cabeza parecerá un jardín,

pediré en los caminos aventones a dedo y aunque falte el dinero yo volveré a escribir.

Mi cuento no termina, la historia continúa aunque apaguen las luces y se baje el telón,

yo bailo sola en casa mi propia partitura y en sentido contrario yo remo sin timón.

A media luz el vino y a media voz los besos esporádicamente me nublan la razón,

de nada me arrepiento mientras existan martes, una pollera larga y tangerinas al sol.